“Ceuta y Melilla instan a los MENAS a declararse adultos para venir a la Península”

Presentación informe Sólo por estar solo en Melilla

“El sistema de protección de menores hace aguas en Ceuta y Melilla en lo relativo a los menores extranjeros no acompañados y está dando lugar a que los propios niños prefieran declararse mayores de edad como única vía para llegar a la Península y conseguir su regularización”. La presidenta de Fundación Raíces, Lourdes Reyzábal, ha visitado esta semana las dos ciudades autónomas para presentar el informe ‘Sólo por estar solo’, elaborado por la organización en colaboración con la Fundación Abogacía Española y en el que se revelan las malas prácticas de la Administración española en la determinación de la edad de los menores migrantes no acompañados (MENAS), provocando con ello su desamparo y la vulneración de sus derechos.

Reyzábal ha denunciado que a los niños que llegan solos a Melilla y Ceuta y son ingresados en el sistema de protección de menores se les documenta con un permiso de residencia que se extingue al cumplir los 18 años, por lo que al alcanzar la mayoría de edad se quedan en la calle como adultos en situación irregular sin posibilidad de residir, trabajar ni trasladarse por el país. “Es un sistema perverso que no se da en la Península ni en Canarias y que supone que estos jóvenes tengan que cruzar dos veces la frontera con España: primero la de llegada a Melilla o Ceuta y después la de salir de estas ciudades autónomas al resto del país”, explica.

“El sistema de protección de menores de Ceuta y Melilla, esto es, la Administración y los educadores de los centros, otras entidades y los propios compañeros terminan aconsejando a los menores que se declaren mayores para ingresar en un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), desde donde se realizan regularmente traslados a la Península cuando el centro se ve saturado”, señala Reyzábal y añade que, a diferencia, aunque los centros de menores de Ceuta y Melilla estén hacinados, habitualmente no se realizan traslados a otras partes del territorio español. “Lo que subyace en todo esto es el control de los flujos migratorios, es el mensaje de que a España no se viene así, primando la condición de extranjero frente a la de menor de edad, es decir, primando la política de Extranjería frente a la protección de los niños”, critica.

La presentación del informe en Ceuta y Melilla se ha enmarcado en el Aula de Derechos Humanos ‘Menores migrantes no acompañados’ organizada por la Fundación Abogacía Española después de que la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo estableciera este verano, a raíz de las sentencias de dos ciudadanos de Ghana y Guinea Conakry, que no se puede someter a pruebas médicas para verificar su edad a los menores extranjeros no acompañados que ya tienen acreditada su minoría mediante documentos, pasaportes o partidas de nacimiento oficiales emitidos por su país de origen.

“Estas dos sentencias ponen fin a la realización de pruebas de determinación de la edad y recogen las recomendaciones del informe”, declara Marcelo Belgrano, coordinador del Servicio de Orientación Jurídica de Extranjería del Colegio de Abogados de Madrid. Por este motivo, asevera que no se entiende cómo “el protocolo firmado por todas las administraciones que intervienen en el asunto de las MENAS, protocolo que debe suponer el marco de actuación, contradice frontalmente las sentencias del Tribunal Supremo”.

La abogada Carmen Moles, autora del informe ‘Sólo por estar solo’, ha presentado las conclusiones y recomendaciones del mismo. El documento, basado en 40 de 300 casos atendidos por Fundación Raíces, denuncia la actuación de la Fiscalía General del Estado al no reconocer la validez, de manera sistemática, de los pasaportes y partidas de nacimiento de los menores procedentes de Marruecos o el África Subsahariana que llegan solos a España. Descarga el informe completo aquí

Moles ha cuestionado el procedimiento que se lleva a cabo en Ceuta y Melilla exclusivamente con los subsaharianos. Si las pruebas determinan que el chico es menor de edad, pero éste dice ser mayor, se descarta la validez de la prueba, cuando en el resto del país la práctica habitual (que tampoco la correcta) venía siendo dotar de validez únicamente a la prueba frente a la palabra y documentos aportados por el menor. “En Ceuta y Melilla lo que vale es la palabra del joven, siempre que éste diga que es mayor”, apunta.

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